La integración del liderazgo de las mujeres no es solo una cuestión de equidad; es una estrategia de negocio que impulsa el crecimiento y la competitividad. Las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos superan a sus competidores hasta en un 25% en rentabilidad (McKinsey & Company, 2023). Sin embargo, en México, solo el 10% de las direcciones generales del total de las empresas establecidas en el país están ocupadas por mujeres de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO, 2024). ¿Se está realmente aprovechando laboralmente el liderazgo de las mujeres en México? 

A pesar de los beneficios asociados con la diversidad de género, la participación de las mujeres en puestos directivos en México sigue siendo limitada. Según el IMCO, solo el 3% de las direcciones generales en empresas mexicanas están ocupadas por mujeres. Además, las mujeres representan únicamente el 13% de los miembros en los consejos de administración de las empresas que cotizan en bolsa mexicana de valores. Esta baja representación es preocupante, especialmente considerando que las mujeres constituyen el 43% de la plantilla laboral en el país. La disparidad es aún más evidente en sectores como el energético y de las telecomunicaciones, donde la participación femenina en puestos directivos es prácticamente nula.

Las mujeres en México han avanzado en la lucha por la igualdad de género. En las últimas dos décadas, el país ha implementado políticas públicas enfocadas en fortalecer el papel de la mujer en la sociedad. Se ha incrementado la inversión en educación para niñas, ampliado el acceso a estancias infantiles y preescolares, e integrado la perspectiva de género en el gobierno, de tal forma que, en este momento contamos con una presidenta dirigiendo nuestro país. Además, se han creado mecanismos para asegurar una mayor representación femenina en los procesos electorales.