En años recientes, diversos países del mundo han reaccionado ante la inminente necesidad de ser más responsables en sus proyectos relacionados con la naturaleza y la sociedad. Ante esta situación, nuestro país ha diseñado mecanismos enfocados en la mitigación de los impactos ambientales; sin embargo, estas acciones no son del todo claras en cuanto a las afectaciones que ciertos proyectos industriales traerán a la posteridad.

De manera simultánea algunas personas, instituciones y organizaciones se han preguntado sobre cómo evidenciar la importancia de la responsabilidad social. En concordancia con lo anterior, sería pertinente formularse los siguientes cuestionamientos: ¿Cómo puede afectar la llegada de una nueva empresa a nuestra comunidad? o ¿De qué manera se puede beneficiar la sociedad con el establecimiento de una fábrica?

Partiendo de las cuestiones anteriores puede mencionarse que en múltiples ocasiones las respuestas han sido opacadas por otros aspectos de la vida que parecieran más trascendentes. Incluso, la apatía hacía lo anterior, en parte se debe a ciertos impactos positivos inmediatos acontecidos con la creación de dichos proyectos. No obstante lo anterior, en algunos casos también se presentan efectos colaterales que afectan de manera negativa a la sociedad como: el crecimiento de desechos nocivos para humanos, plantas y animales o el aumento de la contaminación en general.

De forma particular, en nuestro país existen casos en donde el establecimiento de empresas ha desplazado sitios que las comunidades destinaban a terrenos de cultivo o pastoreo. Con lo anterior, se pueden observar algunos ejemplos en menor escala; sin embargo, en un contexto más amplio las afectaciones pudieran ser mayores.

El gobierno mexicano ante estas problemáticas ha buscado presentar soluciones, incluso a través de políticas públicas influir de una manera positiva. De hecho, en el contexto de la “Reforma Energética” del 2013, se modificaron algunas leyes, reglamentos y normas enfocadas en los impactos sociales.

Dichos cambios estuvieron sustentados en alentar ciertos objetivos establecidos para la mejora de la situación económica del país, modernizar la industria e incrementar el bienestar de las familias mexicanas.

Como parte este proceso se crearon instituciones que fungirían como medios de control ante la nueva normativa, las cuales en conjunto con la Secretaría de Energía (SENER) regularían la actividad de dicho sector. Además, dentro de la nueva estrategia también se crearon algunas disposiciones. Por ejemplo, la presentación de una Evaluación de Impacto Social (EVIS) por parte del interesado en participar dentro del sector de hidrocarburos y/o energía eléctrica antes de llevar a cabo su proyecto.

Pero, ¿cuál es el objetivo de presentar dicho estudio? En primera instancia pareciera un requisito más, no obstante, la razón de efectuarlo responde a necesidades más amplias. Entre los motivos de peso se puede mencionar la constatación ante la autoridad sobre las posibles afectaciones, tanto positivas como negativas, que acarrearía la ejecución de un proyecto; la colaboración de la comunidad en la consecución del mismo, lo cual beneficia a ambas parte; la prevención de molestias de la comunidad, es decir, en algunos proyectos las personas cercanas al no sentirse cómodos con la llegada de la empresa han llegado a manifestarse negativamente, ya sea con manifestaciones u obstrucciones a la actividad de la recién llegada; acercarse a formar parte de la nueva industria como parte del recurso humano, etc.

De acuerdo a la SENER para el desarrollo de una EVIS se debe emplear un enfoque orientado hacia los derechos humanos; así como la inclusión de un carácter participativo. La selección de dicha orientación está basada en la ampliación de los beneficios para los pueblos y comunidades cercanas e involucradas al proyecto; además, de la reducción de aquellos perjuicios no previstos.

Finalmente, a la luz de esta reflexión, necesitamos estar conscientes que cualquier acción u omisión que llevemos a cabo traerá responsabilidades. Y en definitiva, tendrá un impacto tanto en el medio ambiente como en nuestro entorno social. Por lo cual, consideramos que efectuar una EVIS representa un primer paso para la creación de proyectos realmente sustentables.