En vísperas del cierre del año 2019, surge con naturalidad la intención de muchas organizaciones y empleados de compartir los beneficios del trabajo con los miembros menos favorecidos de la comunidad. Es común encontrar convocatorias para realizar donativos en especie o monetarios, apoyo a causas de poblaciones vulnerables o eventos navideños en organizaciones asistenciales. Sin demeritar el altruismo como un valor humano meritorio y necesario, es cuestionable si esas acciones alcanzan a tener un impacto real en la sociedad o si sería necesario repensar y planear las actividades por realizar en el 2020 dentro de un marco pragmático de responsabilidad social corporativa (RSC). Esto es, programas con indicadores bien definidos de acciones que permitan no solo devolver a la sociedad parte de lo que esta ha facilitado, sino lograr cambios medibles en grupos menos favorecidos, con indicadores de éxito social, ambiental y económico.

La RSC puede ser definida como un compromiso consciente y congruente de cumplir integralmente con la finalidad de la empresa, a la vez que contribuye a la construcción del bien común y demostrando respeto por la gente, los valores éticos, la comunidad y el medio ambiente. Esta responsabilidad va más allá de un acto filantrópico, sino que debe igualmente equilibrar el beneficio de los accionistas, la retribución a los trabajadores, el cumplimiento de la Ley, la actuación ética y la producción de bienes y servicios que satisfagan al consumidor, minimizando el impacto al medio ambiente.

En este marco de responsabilidad, un acto indiscutiblemente esencial de voluntad ética de una organización, es la preparación anualmente de un Reporte de Sustentabilidad. Se trata de un documento que informa a los inversores, consumidores, empleados y a la sociedad en general, del desempeño de la empresa en tres ejes: ambiental, social y económico. Este Reporte de Sustentabilidad es emitido regularmente de manera anual y es verificable y comparable entre los diferentes periodos reportados. El reporte es una oportunidad única para generar transparencia y credibilidad de las marcas asociadas a la empresa, incrementar el valor a la reputación corporativa, y así convertir sus acciones de RSC en una ventaja competitiva. Además, se antoja como un medio de gobernanza corporativa y autogestión, al revisar periódicamente el desempeño y evaluar a tiempo los procesos organizacionales para la toma de decisiones.

La forma más íntegra de elaborar un Reporte de Sustentabilidad es bajo la guía de los principios de la GRI (Global Reporting Initiative). Estos están disponibles de manera pública en la página de esta organización y se dividen en estándares universales (GRI101, 102 y 103), y estándares temáticos. Estos últimos incluyen los tres pilares del desarrollo sustentable, los temas económicos (GRI200), ambientales (GRI300) y sociales (GRI400). El mayor mérito de estos principios es que requieren la documentación de indicadores específicos de temas como gobernanza, ética empresarial, calidad de vida, programas medioambientales y vinculación con la comunidad. Así, todos los reportes verificados contra los estándares GRI, tienen pautas normalizadas que los hacen comparables y útiles para todas las partes interesadas.

En Experts hemos logrado tener un equipo multidisciplinario de las áreas ambientales, sociales, legales y de ingeniería, que puede apoyar a nuestros clientes a colectar información, desarrollar informes de sustentabilidad, hacer una verificación de los mismos y, en general, apoyar en la elaboración de programas sustentados y sostenibles de RSC, que ayuden a establecer relaciones sanas con las comunidades y generar retorno de inversión para la empresa.