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Retos ambientales en la nueva década

Se ha dado el inicio simbólico de la década de los 2020s, y con ella grandes retos: el alarmante incremento de las temperaturas globales originados por las emisiones de combustibles fósiles, la extinción de especies, los problemas de contaminación de los mares, la mala calidad del aire en nuestras ciudades, el incremento de la población, la migración a las ciudades. En el día a día esto ejerce presión para que todos como consumidores y, en nuestras organizaciones, replanteemos nuestros patrones de consumo. Los gobiernos a su vez deben plantear políticas y leyes adecuadas para controlar el desarrollo urbano, asegurar una movilidad sustentable, regular los usos de suelo y proveer alimentos, energía y bienes a la población.

En el tema de cambio climático, México se ha planteado metas claras ante el Acuerdo de Paris, para asegurar que el calentamiento global esté por debajo de 2°C. Uno de los primeros compromisos sería alcanzar un 35% de generación y consumo de energía limpia. Para ello se crearon los Certificados de Energía Limpia, que deberán ser adquiridos por parte de suministradores y usuarios. En 2020 las empresas que sean designadas como usuarios calificados deberán comprobar que al menos 7.4% de la energía consumida proviene de fuentes limpias, incluyendo: eólicas, geotérmicas, hidráulicas, solares, de biomasa o de ciclo combinado, esto es sin duda, uno de los importantes retos ambientales en la nueva década.

Otra buena noticia es que se anunció el arranque del programa de prueba del Sistema de Comercio de Emisiones a partir del 1° de enero de este año. Atendiendo a la Ley General de Cambio Climático, participan en este instrumento de mercado, las instalaciones con emisiones superiores a las 100mil toneladas de emisiones directas de dióxido de carbono equivalente. Los sectores industriales que principalmente intervendrían son el de los hidrocarburos, la generación de electricidad, automotriz, siderúrgico, químico, alimenticio, del vidrio, metalúrgico, minero, y de celulosa y papel.

Otro de los retos ambientales en la nueva década tiene que ver con la presión por cambiar los hábitos de consumo, este año recibió a los consumidores de las principales ciudades del país, con un número elevado de comercios que ya no ofrece bolsas de plástico en sus cajas. Una pequeña gran acción que espera impacte en la generación de residuos. Aunque esta iniciativa ha sido producto de leyes en algunos estados, se encuentra en discusión en la Ciudad de México y en el Congreso federal, no solo la eliminación de bolsas y popotes, sino de todo tipo de plásticos de un solo uso. Las empresas de manufactura están a tiempo de replantear sus empaques, etiquetas y productos para prepararse ante este cambio que se avecina potencialmente.

El detrimento de las condiciones de salud ambiental en nuestras ciudades y ecosistemas expone la necesidad de la regulación efectiva de las autoridades. Se esperaría que, en el corto plazo, se emitan límites más estrictos para las descargas al agua y las emisiones a la atmósfera. En este último, existen pendientes sobre la actualización de las normas NOM-043-SEMARNAT-1993 sobre las emisiones de partículas sólidas y la emisión de normas claras para la emisión de compuestos orgánicos volátiles y en especial, compuestos peligrosos, como el formaldehído, los furanos y las dioxinas.

El proyecto de norma PROY-NOM-001-SEMARNAT-2017, que establece los límites para descargas de aguas residuales, sigue como otro de los retos ambientales en la nueva década, ya que se encuentra aún en el tintero. En la propuesta, se aprecian reducciones significativas de los contaminantes que se pueden descargar al suelo o cuerpos de agua, con parámetros nuevos como color verdadero, carbón orgánico total, toxicidad aguda o demanda química de oxígeno. Los topes para nitrógeno y plomo serían más estrictos con la reforma. Además, se requeriría un control continuo de las descargas, ya que la autoridad podría tomar una muestra en cualquier momento y este debería cumplir un valor instantáneo propuesto por el proyecto de norma. Para hacer frente a esta modificación, se recomienda analizar los resultados de las descargas de agua y plantear si se está en las posibilidades tecnológicas y de procesos para cumplir con los requerimientos. De ser negativo, se tendrían que instalar plantas tratadoras de aguas, limitar las descargas o descargar hacia alcantarillados industriales o municipales.

Es imperante que estas tendencias sean tomadas en cuenta por las empresas para anticiparse a los cambios legales, las exigencias de sus consumidores y asegurar el éxito sostenido de sus organizaciones. La planeación estratégica, las evaluaciones de cumplimiento y la implementación de sistemas de gestión serán herramientas clave en este sentido. En Experts tenemos el conocimiento y la competencia para acompañarte en el camino.

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